Artrosis: La enfermedad degenerativa articular más frecuente

 


Descripción general

La artrosis, también conocida como osteoartritis, es un trastorno crónico de las articulaciones, en especial las que están en constante movimiento, y está caracterizada por desgaste y destrucción del cartílago articular, lo que desencadena dolor en la articulación afectada.

La osteoartritis afecta por igual a hombres y mujeres, es el trastorno más frecuente en atención primaria y representa la principal causa de morbilidad e incapacidad. Se presenta comúnmente en personas mayores de 65 años y es muy raro que aparezca antes de los 40 años de edad, a diferencia de las enfermedades reumáticas que pueden manifestarse en cualquier época de la vida.


Causas

La osteoartritis lesiona componentes de las articulaciones como el cartílago, el hueso subcondral, la membrana sinovial, los ligamentos, la cápsula articular y los músculos periarticulares. De esta forma, existe pérdida gradual del cartílago junto con engrosamiento (esclerosis) del hueso subcondral y producción de nuevo hueso en el margen articular (osteofitos o espolones).


Factores de Riesgo

Los factores de riesgo incluyen:


  • Herencia familiar.
  • Sobrepeso y obesidad.
  • Lesión articular previa.
  • Ejercicio físico intenso que incremente la tensión sobre las articulaciones, por ejemplo: permanecer de rodillas, levantar cosas pesadas, subir escaleras, caminar o correr durante tiempo prolongado.
 

Síntomas

Las molestias de la artrosis comprenden el dolor, la rigidez, el aumento del volumen articular (hinchazón de la articulación), deformidad, crujido y distintos grados de incapacidad funcional.


-Dolor. Representa el síntoma primordial, aparece de manera insidiosa y progresiva durante meses o años, siendo su intensidad de leve a moderada, presentándose al utilizar la articulación comprometida y disminuye o calma con el reposo. Con el transcurso del tiempo, el dolor se puede tornar constante, incluso durante el reposo y en la noche, lo que indica el avance de la enfermedad o la agregación de un proceso inflamatorio agudo.


-Rigidez articular. La rigidez en las articulaciones es muy frecuente en la osteoartritis y está vinculada a la inflamación sinovial (la membrana sinovial recubre la articulación), por lo general aparece en las mañanas y siempre dura poco tiempo (15-30 minutos).


-Aumento del volumen articular. Suele ser más evidente en las articulaciones interfalángicas distales de las manos, es producido por el engrosamiento de la cápsula articular y de otras estructuras periarticulares.


-Deformidades. Las deformaciones articulares que son más frecuentes en la osteoartritis comprenden: el genu varo (piernas arqueadas), genu valgo (rodillas juntas y tobillos separados o piernas en X), hallux valgus (juanetes), hiperlordosis, cifosis, cifoescoliosis, todas éstas últimas, curvaturas anormales de la columna vertebral, además de los nódulos óseos (Heberden y Bouchard) en las articulaciones interfalángicas.


-Crepitación o crujido. Es el ruido que se origina al realizar un movimiento pasivo de la estructura articular; es ocasionado por las irregularidades de la superficie del cartílago y se observa con más frecuencia en la artrosis de las rodillas (gonartrosis).

La rodilla es la estructura articular más afectada, seguida de las interfalanges (dedos de las manos), las caderas y la columna. En el sexo femenino, la osteoartritis predomina en la rodilla y en las articulaciones interfalángicas de las manos. En los varones es más frecuente en la cadera.

La osteoartritis puede aparecer en una, dos o varias articulaciones al mismo tiempo, aunque, la severidad no es igual en todas ellas. Un 70-90% de personas mayores de 75 años tienen artrosis en al menos una articulación, sin embargo, más del 50% de los afectados no tienen molestias.


Diagnóstico

El diagnóstico de la osteoartritis es principalmente clínico, estableciéndose por medio del interrogatorio y la exploración física por parte del médico. Al realizar la exploración, se descubre que el paciente se encuentra en buen estado general y no presenta síntomas de afección sistémica. Los hallazgos más frecuentes son el dolor local, aumento del volumen articular, crujido y limitación de la movilidad por la presencia del dolor.

Estudios de imágenes

Las radiografías pueden servir como una guía, pero como se indicó anteriormente, es la exploración clínica, el parámetro definitivo para hacer el diagnóstico. Los hallazgos radiográficos de mayor utilidad están representados por la disminución asimétrica del espacio articular, esclerosis del hueso subcondral, presencia de osteofitos (abultamientos en el hueso) y en casos más avanzados colapso articular. No existen estudios de laboratorio que ayuden al diagnóstico de esta afección.


Tratamiento

Es principalmente sintomático; el objetivo más importante del tratamiento es el alivio del dolor y evitar la evolución de la incapacidad funcional de las articulaciones afectadas. La terapéutica de la osteoartritis incluye medidas generales, fármacos y procedimientos quirúrgicos. Debe ser un tratamiento integral que incluya a reumatólogos, traumatólogos, terapistas físicos y de rehabilitación.

 

Medicamentos

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) constituyen los fármacos de primera línea; entre los más utilizados están: meloxicam, ibuprofeno y diclofenaco. Es recomendable la asociación de los AINES con un protector de la mucosa del estómago, por ejemplo, omeprazol.

En pacientes que no puedan ingerir AINES por alguna razón, se puede utilizar opiáceos débiles como el tramadol, solo o asociado con paracetamol. En los casos de osteoartritis de rodilla con incremento del dolor se puede realizar una infiltración con glucocorticoides cada tres meses; es recomendable que este procedimiento sea realizado por el especialista.


Cirugía

El tratamiento quirúrgico deberá ser implementado en el momento en que la artrosis haya comprometido de forma severa las articulaciones. Las técnicas quirúrgicas más empleadas son la artroplastia y la artroscopia.


Medidas de Prevención

En este trastorno articular, es factible la prevención por medio de cambios en el estilo de vida, que abarcan el control del peso corporal, ejercicios sin carga física como la natación, correr o trotar por superficies lisas.

Dr. William Bonifaz B.

Referencias













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