Colon Irritable: Un trastorno digestivo de predominio en el sexo femenino

 

 

Generalidades

El colon irritable, conocido en medicina como Síndrome de Intestino Irritable, es una alteración de la motilidad (movimiento) del aparato digestivo que llega a ocasionar diversidad de molestias como dolor abdominal, distensión abdominal, diarrea y estreñimiento que se manifiestan principalmente después de comer.

Los estudios han determinado que la mayoría de estas molestias se generan por el estrés. Este trastorno se puede presentar a cualquier edad, pero generalmente comienza en la adolescencia o al iniciarse la vida adulta, y es más prevalente en mujeres que en hombres, siendo causa de aproximadamente el 50 % de las consultas en los servicios de medicina general y gastroenterología.

Por lo general, el colon irritable suele ser una enfermedad crónica acompañando al paciente a lo largo de toda su vida, en ocasiones con molestias mínimas y en otras, ocasionando una importante alteración de la calidad de vida del individuo afectado. 

 

Colon irritable y esfera psíquica

Con respecto al colon irritable es importante tener en cuenta la esfera psicosocial, ya que estos pacientes tendrían una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades psiquiátricas como depresión, ansiedad, histeria, trastornos de la personalidad y antecedente de abusos. 


Causas

Se considera que el colon irritable es un trastorno motor de la función del aparato digestivo, y no está claro porque una persona desarrolla esta enfermedad. No obstante, se ha establecido que el estrés lo puede empeorar.

Otros factores predisponentes son las dietas con muy poca fibra y el uso de laxantes, en personas que sufren de estreñimiento. Las molestias características de colon irritable se desarrollan en el primer año en un 10 % de los pacientes, después de una gastroenteritis bacteriana.

Este hecho es más prevalente en mujeres y personas con trastornos emocionales. 


Síntomas

A pesar que el colon irritable es un trastorno de la motilidad del tubo digestivo, no obstante, la estructura de intestino es normal. Las molestias varían de un paciente a otro. Entre los síntomas más característicos están: 


  • Dolor abdominal.
  • Hinchazón abdominal.
  • Trastornos de los hábitos de la defecación (diarrea o estreñimiento crónicos).
  • En cuanto a la diarrea y al estreñimiento se pueden manifestar de manera alternada y en ocasiones con predominio de una de las dos molestias.
  • Sensación de llenura.
  • Flatulencias.
  • Náusea.
  • Vómito.


Los pacientes afectados por el colon irritable a predominio de estreñimiento, refieren heces poco frecuentes, generalmente, menos de tres por semana, de consistencia dura y difíciles de evacuar. Los pacientes que tienen colon irritable y diarrea, refieren heces sueltas o líquidas, defecaciones más frecuentes, por lo general, más de tres veces al día, en muchas ocasiones con urgencia para defecar o con incontinencia fecal.

Es importante determinar en el paciente la presencia de síntomas de alarma, que sugieran un diagnóstico distinto al colon irritable y que por lo tanto ameriten un estudio más profundo de sus molestias. El comienzo de los síntomas de manera rápida y abrupta en una persona mayor a los 40 a 50 años de edad, puede indicar la presencia de una enfermedad intestinal orgánica. 


Síntomas de alarma 

Estos comprenden: 



Los pacientes con diarrea nocturna, sangrado con la heces, estreñimiento severo o diarrea grave, y que tengan antecedentes familiares de cáncer de colon, enfermedad celíaca, y enfermedad inflamatoria intestinal deben ser valorados de manera más amplia. En un paciente afectado de colon irritable la exploración física casi siempre es normal. Es muy frecuente la hipersensibilidad al palpar el abdomen. 

 

Diagnóstico diferencial del colon irritable

Existen enfermedades que pueden simular los síntomas del colon irritable y es importante que el médico las descarte. Entre las más importantes tenemos: 


  • Cáncer de colon.
  • Deficiencia de lactosa.
  • Divertículos en el colon.
  • Endometriosis.
  • Insuficiencia vascular mesentérica.
  • Megacolon y torsión intestinal.
  • Giardiasis intestinal (infestación por el parásito Giardia lamblia).
  • Depresión y ataques de pánico. 
 

Diagnóstico

El diagnóstico del colon irritable se establece con el examen clínico o al descartar otras enfermedades de carácter orgánicas. Sin embargo, es prudente realizar algunos estudios como hemograma, pruebas serológicas para detectar algunas enfermedades, velocidad de sedimentación globular, que mide el grado de inflamación en la sangre y estudio de las heces para investigar sangre oculta y parásitos. Si el médico especialista lo estima conveniente realizará una sigmoidoscopía y estudio radiológico del colon (enema baritado). 


Criterios de Roma III para el diagnóstico de colon irritable

El paciente debe tener dolor abdominal o sensación abdominal desagradable recurrente, al menos tres días por mes en los últimos tres meses, asociado con dos o más de los siguientes síntomas: 


-Mejora con la deposición.
-Inicio del dolor abdominal asociado con un cambio en la frecuencia de las deposiciones.
-Comienzo relacionado con un cambio en la consistencia de las deposiciones.

Los criterios deben cumplirse durante los últimos tres meses y las molestias deben haber empezado al menos seis meses antes de establecerse el diagnóstico. 


Tratamiento

El principal objetivo del tratamiento de esta enfermedad es aliviar las molestias. Tomando en cuenta que el colon irritable es una enfermedad difícil de tratar y diagnosticar, el médico debe lograr que el paciente comprenda que su padecimiento es de carácter funcional, es decir, que no existe un daño estructural en su aparato digestivo.

En algunos enfermos los cambios en su estilo de vida serán de mucha ayuda, por ejemplo, actividad física regular, incentivar mejores hábitos de sueño que reducirán la ansiedad y ayudarán a aliviar las molestias intestinales.

Las modificaciones en la dieta son muy importantes, aunque no existe una dieta específica para este padecimiento. Algunos de los siguientes consejos son importantes: 


  • Evitar alimentos estimulantes del movimiento intestinal, como los refrescos de cola, el té y la cafeína.
  • No es recomendable ingerir comidas copiosas, especialmente en las noches.
  • Incentivar el consumo de fibra en la dieta como el salvado de trigo, psyllium plantago, etc.
  • Es importante explicar al paciente que las alteraciones de la motilidad intestinal y las sensaciones abdominales pueden incrementarse por factores ambientales, sociales o psicológicos, como medicamentos, alimentos, tratamientos hormonales y el estrés.
  • El paciente debe entender que el colon irritable es un padecimiento benigno que no requerirá cirugía, o que no se transformará en una enfermedad grave, a no ser que como se indicó anteriormente exista otra enfermedad de mayor seriedad de por medio con síntomas similares.


En lo que respecta a los fármacos, éstos se utilizarán de acuerdo a las molestias que presente el paciente: antiespasmódicos para el dolor abdominal, como el bromuro de otilonio y la hiosciamina; en la diarrea se utilizarán los fármacos como la atapulgita; para el estreñimiento se pueden utilizar los laxantes osmóticos como el polietilenglicol.

En pacientes con colon irritable deben evitarse laxantes (en el caso que se acompañe con estreñimiento) como la lactulosa y el sorbitol ya que incrementan las molestias como la flatulencia y la hinchazón abdominal. Los pacientes con importante afección de la esfera psíquica deben recibir terapia de apoyo puesto que las alteraciones emocionales incrementan las molestias. 


Pronóstico

La mayoría de personas que padecen de colon irritable aprenden a conocer bien su padecimiento y a manejar sus molestias, lo que les permite llevar una buena calidad de vida. Al ser una enfermedad de carácter funcional y no estructural, el pronóstico a largo plazo es muy favorable. 


Medidas de Prevención

Las siguientes medidas de prevención son muy recomendables: 


  • Evitar las comidas copiosas.
  • Manejado adecuado del estrés y las emociones.
  • Dejar el tabaco y disminuir el consumo de alcohol.
  • Incrementar el consumo de una dieta alta en fibras.
  • Beber suficientes líquidos.
  • No ingerir comidas con alto contenido graso.
  • Si los síntomas predominantes están dados por diarrea evitar los lácteos, café, té y chocolate.
  • Mantener una actividad física adecuada.
  • Control del sobrepeso y la obesidad.


Dr. William Bonifaz B.

Referencias
























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