Cáncer de Hígado: Factores de riesgo, Síntomas, Diagnóstico, Tratamiento

 

El cáncer de hígado es una tumoración que inicialmente se forma en el tejido hepático. Hay diversos tipos de cáncer de hígado según el tipo de célula cancerosa originada. El carcinoma hepatocelular que afecta a los hepatocitos (la célula estructural del hígado) es el tipo más frecuente de cáncer, representando el 90% de todos los tipos de cáncer que afectan a este órgano.

Funciones del Hígado

El hígado es el órgano sólido más grande del organismo, que desempeña un papel fundamental en el metabolismo de los alimentos. Además, realiza muchas otras funciones como recoger y filtrar la sangre procedente del tubo digestivo, eliminar desechos tóxicos; almacena energía al elaborar glucógeno a partir del azúcar, procedente de los nutrientes de la dieta, y elaborar proteínas. Otras funciones vitales que realiza el hígado incluyen: 


  • Elabora la mayor por de los factores de la coagulación.
  • Fabrica la bilis (almacenada en la vesícula biliar) que contribuye a la digestión y a la absorción de los nutrientes, especialmente de las grasas.
  • Descompone o metaboliza sustancias tóxicas como el alcohol, drogas y otras sustancias químicas, a través de la orina y las heces. 
 

Epidemiología

El cáncer de hígado es más frecuente en África y en el sudeste asiático que en América. Más de 800.000 personas son diagnosticadas con este tipo de cáncer cada año en el mundo. Se considera que el carcinoma hepatocelular es una de las principales causas de mortalidad a escala mundial produciendo más de 700.000 muertes por año.

Tiene mayor incidencia en hombres que en mujeres con una relación 4:1. La edad promedio de aparición es a los 20-50 años, en África y en el sudeste asiático, y de 60 años en América, no obstante, puede presentarse también en niños. 


Causas

Hasta los conocimientos actuales, se desconoce qué causas originan la aparición de un tumor maligno en el hígado. Lo que se conoce es que algunos de los factores de riesgo afectan al ADN de las células hepáticas, lo que puede desencadenar el crecimiento anormal de las células y formar una tumoración de carácter maligna. 


Factores de Riesgo

Los factores de riesgo más importantes que inciden en el desarrollo del cáncer de hígado incluyen: 


  • Cirrosis hepática (representa el principal factor de riesgo).
  • Infección crónica por el virus de la hepatitis B, o el virus de la hepatitis C.
  • Consumo exagerado de alcohol durante un largo periodo de tiempo.
  • Algunas condiciones médicas que afectan al hígado como la hemocromatosis (absorción exagerada de hierro proveniente de los nutrientes), deficiencia de la proteína alpha-1-antitripsina.
  • Hígado graso.
  • Diabetes.
  • Sexo (el cáncer hepático es más común en los hombres que en las mujeres). 
 

Síntomas

Los síntomas más importantes que pueden estar relacionados con la presencia de un cáncer de hígado incluyen: 


  • Pérdida inexplicable de peso.
  • Fatiga o cansancio.
  • Pérdida del apetito o sensación temprana de llenura al ingerir los alimentos.
  • Náuseas o vómitos.
  • Fiebre.
  • Hepatomegalia, que es el aumento del tamaño del hígado, que puede sentirse como un peso debajo de la parrilla costal.
  • Esplenomegalia, que es el aumento de tamaño del bazo, situado en el cuadrante superior derecho del abdomen.
  • Dolor abdominal.
  • Prurito (picazón).
  • Aumento del tamaño del abdomen, por acumulación de líquido (ascitis).
  • Ictericia, que es la coloración amarillenta de la piel y las conjuntivas.
  • Venas agrandadas en el abdomen que se hacen visibles a través de la piel.


Muchos de estos síntomas también pueden ser ocasionados por otras enfermedades, por lo que puede pasarse por alto un diagnóstico temprano del cáncer de hígado, o por el contrario, pueden presentarse en etapas avanzadas de la enfermedad. De ahí la importancia de investigar estos síntomas en las personas que presenten algún factor de riesgo para el desarrollo del cáncer hepático.


Diagnóstico

Algunas acciones y pruebas pueden ser de mucha utilidad en el diagnóstico del cáncer de hígado. 


-Exploración física. Es una parte importante del diagnóstico ya que por medio de la exploración clínica, el médico puede orientarse para llegar a un diagnóstico correcto. Se explora la piel y las conjuntivas para detectar la presencia de ictericia, el abdomen, para localizar alguna tumoración, o para explorar el hígado, o detectar si hay colección líquida. 


-Exámenes de sangre. Permiten realizar algunas pruebas que pueden ayudar a detectar la presencia de cáncer hepático como los marcadores tumorales, que incluyen: alfa-fetoproteína, y la alfa-fetoproteína L3, des-carboxiprotrombina. La determinación de la alfa-fetoproteína tiene una sensibilidad del 60% y especificidad del 90% a niveles entre 10 y 20 ng/ml. Tiene mayor impacto diagnóstico cuando se revela la presencia de un tumor en el hígado por un estudio de imagen como la ecografía. 


Estudio de imágenes

Los estudios de imágenes más destacados comprenden: 


  • Ecografía abdominal.
  • Tomografía axial computarizada.
  • Resonancia magnética.
  • Estudio histopatológico (por medio de una biopsia).


El estudio histopatológico se realiza a partir de una muestra de tejido hepático (biopsia). Es la única forma de saber si una tumoración es benigna o maligna. En ciertas ocasiones se puede utilizar una ecografía o una tomografía al mismo tiempo para asegurarse de que la aguja (para tomar la muestra) se introduzca dentro de la tumoración. 


Tratamiento

El tratamiento del cáncer de hígado va a depender del tamaño del tumor, del estado general de la persona afectada, de si el tumor se ha diseminado a otras partes del cuerpo (metástasis), o si el tumor puede ser extirpado por cirugía.

Hay que tomar en cuenta que las personas que desarrollan cáncer hepático pueden tener lesiones en el hígado relacionadas con una infección (hepatitis B o C), la exposición a sustancias químicas (alcohol, exposición a ciertos disolventes industriales), o la acumulación de grasa por la obesidad.

La cirugía para extirpar el tumor o el trasplante de hígado son las opciones de tratamiento más rentables. Sin embargo, sólo unos pocos pacientes pueden beneficiarse de estas opciones terapéuticas. Otras opciones de tratamiento incluyen la ablación térmica, que utiliza calor para destruir las células cancerosas, y la radioterapia.

La terapia dirigida, la quimioterapia o la inyección de partículas radioactivas en los vasos sanguíneos también son opciones útiles de tratamiento. 


Medidas de Prevención

Al igual que muchos otros cánceres, el de hígado podría prevenirse limitando la exposición a factores de riesgo conocidos de esta enfermedad:


  • Evitar o prevenir las infecciones por hepatitis B o C.
  • Evitar el consumo de tabaco.
  • Limitar el consumo de alcohol.
  • Mantener un peso saludable, puesto que la obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer.
  • Evitar la exposición a sustancias químicas que pueden provocar cáncer, especialmente en el ámbito laboral.
  • Tratar las enfermedades que incrementan el riesgo de cáncer de hígado.
  • Vacunación contra la hepatitis B. 


Dr. William Bonifaz B.
Doctor en Medicina y Cirugía
Reg. Prof. 9871


Referencias















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