Una revisión general sobre la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica

 


Descripción general

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), es un trastorno respiratorio crónico que puede ser tratable y prevenible. Esta enfermedad afecta al sistema respiratorio, produciendo una obstrucción al flujo aéreo e impidiendo que los pulmones expulsan el aire que contiene.

Esta obstrucción al flujo aéreo determina que los bronquiolos y los alvéolos, que forman parte de la estructura pulmonar, pierdan su elasticidad normal, además que destruyen las paredes alveolares y engrosan los bronquios, de esta manera, los pulmones fabrican más moco de lo normal, lo que provoca la obstrucción de las vías respiratorias. 


Epidemiología

La EPOC es la cuarta causa de muerte en el mundo y puede predecirse que su prevalencia y mortalidad aumentarán en los siguientes decenios. Es ligeramente más común en hombres (9%), que en las mujeres (6%).


Factores de Riesgo de la EPOC

Los principales factores de riesgo que causan EPOC incluyen: 


Consumo de tabaco

Está demostrado que es el factor de riesgo más importante para desarrollar esta enfermedad. Su implicación depende de la edad de inicio y la cantidad de paquetes/ consumidos. 


Tabaquismo pasivo

Debe ser de conocimiento público que el consumo de tabaco, así sea pasivo, incrementa el riesgo de aparición de infecciones de las vías respiratorias bajas, además, aumenta la frecuencia de crisis asmáticas y eleva el riesgo de que los niños desarrollen asma. De igual modo, los hijos de madres fumadoras tienen una disminución de la capacidad pulmonar al momento del nacimiento. 


Edad

Debido a que las molestias de la EPOC se desarrollan lentamente, éstas aparecen en la tercera edad. 


Sexo

La prevalencia de la EPOC continúa siendo mayor en los hombres, ya que el hábito tabáquico y el ambiente laboral son más importantes en el sexo masculino. No obstante, el aumento del consumo de tabaco en las mujeres, puede predisponerlas a padecer esta enfermedad. 


Nivel de vida

Los estratos socioeconómicos más bajos tienen mayor incidencia de personas con EPOC, y mucho más muertes a causa de este trastorno, especialmente, por el menor acceso por parte de estas poblaciones al sistema de salud, el bajo nivel de estudios, sus condiciones de vivienda y la mala calidad de la alimentación. 


Riesgo y exposición laboral

Los individuos que se desenvuelven en un ambiente laboral donde están expuestos al polvo de sílice y a minerales, o a la inhalación de polvo, gases industriales y químicos tienen una capacidad pulmonar reducida y por lo tanto desarrollan con más frecuencia problemas respiratorios. 


Ambiente contaminado

Las personas que padecen de EPOC son muy sensibles a la contaminación del aire, lo cual acelera sus recaídas, agudiza las molestias respiratorias e incrementa su número de hospitalizaciones. Cabe indicar que no solo incide la contaminación externa, sino también la que hay dentro del hogar, la que muchas veces es originada por la mala ventilación, la humedad y en los hogares donde se cocina con leña. 


Déficit de alfa-1-antitripsina

La alfa-1-antitrpsina (ATT) es una enzima que protege de daño a los pulmones y al hígado. Cuando el cuerpo no produce suficiente cantidad de ATT, una persona está en riesgo de presentar EPOC y enfermedad del hígado (cirrosis). La deficiencia en la producción de esta enzima es causada por un defecto genético. 


Síntomas

Las primeras molestias se inician con tos y expectoración, posteriormente siguen la dificultad respiratoria (disnea), el ahogo o la fatiga al andar y al incrementar la actividad física, como por ejemplo al subir escaleras o caminar cuesta arriba. Con el avance de la enfermedad, la persona afectada deja de realizar las tareas que le suponen gran esfuerzo y le provocan ahogo, hasta llegar al extremo de no poder hacer tareas como vestirse o bañarse. 


Otras molestias frecuentes en la EPOC comprenden:


  • Las personas con esta enfermedad son más propensas a padecer cuadros frecuentes de resfriados.
  • Respiración sibilante.
  • Pérdida importante de peso.
  • Tos crónica persistente especialmente al levantarse.
  • Dolor de cabeza matutino, que se presenta con más intensidad en fases avanzadas de la enfermedad.
  • Trastornos del sueño.
  • Hinchazón de miembros inferiores.
  • Expectoración abundante.
  • Concurrencia de otras enfermedades


Muchos pacientes con EPOC pueden tener otras enfermedades como hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, arritmias, diabetes, neumonía, insuficiencia renal, entre otras. Estos trastornos concomitantes generan mayor limitación de la actividad física, deteriorando aún más la calidad de vida del paciente. 


Tipos de EPOC

Esta enfermedad en su conjunto incluye a la bronquitis crónica, el enfisema y una combinación de ambas. Cada una de estas condiciones, que abarca la misma enfermedad, tiene diferente forma de inicio y evolución. 


Bronquitis crónica

Se caracteriza por que origina una obstrucción de las vías respiratorias, debido a que los bronquios se inflaman y producen grandes cantidades de moco. La inflamación y el exceso de mucosidad pueden dificultar la respiración, porque el interior de los bronquios se estrecha o se cierra, lo que hace difícil expulsar la mucosidad y expone a los bronquios que se infecten con facilidad. 


Enfisema pulmonar

En el enfisema hay un daño en las paredes de los alvéolos pulmonares. Los pulmones tienen cerca de 300 millones de alvéolos, que son estructuras elásticas. En este trastorno, las paredes de algunos alvéolos se dañan, lo que hace que pierdan su elasticidad, y quede atrapado en ellos más aire.

La retención del aire provoca que los pulmones se inflamen y que las vías respiratorias se obstruyan. El hecho de tener más aire de lo normal retenido en los pulmones, y el esfuerzo extra que se necesita para expulsarlo, hace que la persona tenga problemas para respirar y que aparezcan los síntomas de la enfermedad. 


Diagnóstico

En sus etapas iniciales, puede ser difícil el diagnóstico de esta enfermedad. El médico neumólogo deberá tomar en cuenta la historia clínica, el examen físico y las pruebas auxiliares como la espirometría, la radiografía de tórax y otros test de laboratorio. 


Historia clínica y exploración física

Mediante la historia clínica se indaga sobre las molestias que presenta el paciente, como la tos, la expectoración, la dificultad para respirar (disnea); inicio de los síntomas y tiempo de evolución; si aparecen con la actividad física; si el paciente tiene asma, si es fumador o no.

También se investiga sobre los antecedentes familiares y si el paciente está expuesto a factores de riesgo relacionados como la contaminación ambiental o productos químicos. Por medio de la exploración física, el médico auscultara el pecho, la respiración, los latidos cardíacos y otras regiones del cuerpo.

Esta exploración clínica ayuda al diagnóstico de la enfermedad y a determinar si los síntomas pueden tener otra causa que no sea la EPOC. 


Espirometría

La espirometría sirve para valorar la función pulmonar. Es una de las pruebas más importantes para establecer si una persona padece de EPOC. Esta prueba puede detectar la enfermedad incluso antes de que el paciente tenga síntomas, y es debido a esto, que se la realiza en individuos en los que se sospecha la presencia de EPOC u otros trastornos respiratorios.

Durante este procedimiento, la persona primero hace una respiración profunda y luego sopla, tan fuerte y tan rápido como sea posible, dentro de un tubo conectado a un dispositivo denominado espirómetro. Éste mide la velocidad y la cantidad de aire que entra y que se puede expulsar de los pulmones.

Este examen, además de confirmar el diagnóstico, permite evaluar la severidad del trastorno. Una vez que la EPOC ha sido diagnosticada, la espirometría se repite para el seguimiento del estado de la enfermedad con el paso del tiempo y la respuesta al tratamiento. 


Radiografía de tórax

Es útil para el diagnóstico de la EPOC, y para descartar otros trastornos, como la neumonía o los derrames pleurales (acumulación de líquidos entre las membranas que recubren los pulmones), que pudieran causar molestias similares. 


Exámenes de laboratorio

Los exámenes de sangre valoran la cantidad de glóbulos rojos, de glóbulos blancos, la función renal (urea, creatinina), el nivel de sodio, potasio, la función hepática, entre otras. 


Pruebas adicionales

En ocasiones puede ser de utilidad solicitar otras pruebas para ayudar en el diagnóstico de la EPOC; estas pruebas incluyen: 


Tomografía computada pulmonar (TAC).

Es una prueba de imagen que permite detallar la estructura pulmonar por medio de cortes específicos del pulmón y los tejidos adyacentes. La TAC pulmonar puede ser útil en pacientes con EPOC que van a ser sometidos a un procedimiento quirúrgico. 


Pletismografía corporal

Mide la cantidad de aire que se queda en el pulmón tras una espiración forzada, o lo que es lo mismo si se tiene aire atrapado en el pulmón. De esta forma, la pletismografía permite conocer la capacidad pulmonar total, que suele estar reducida en pacientes con esta enfermedad. 


Oximetría

Mide la cantidad de oxígeno en la sangre. Para este propósito se utiliza un dispositivo llamado pulsioxímetro, que se sujeta en el dedo o en el lóbulo de la oreja. 


Muestra de esputo y cultivo de secreciones

Cuando se sospecha la presencia de una infección bacteriana, se puede requerir el estudio de una muestra de esputo para cultivo. Para esto se recoge la mucosidad o moco que el paciente expulsa con la tos, para analizar su contenido. De esta manera se puede seleccionar el antibiótico más sensible para combatir de manera adecuada la infección. 


Gasometría arterial

Por medio de la gasometría arterial se obtienen datos directamente de la sangre arterial, sobre el nivel de oxígeno y del dióxido de carbono (CO2). Se la realiza por medio de la obtención de una muestra de sangre de la arteria de la muñeca, de la arteria femoral en la ingle o de la arteria braquial en el brazo. 


Tratamiento y Control de la EPOC

Aunque el tratamiento de la EPOC no puede desaparecer por completo las molestias, sí las puede controlar y enlentecer el progreso de la enfermedad. Muchos pacientes requerirán un tratamiento continuado para mantener sus síntomas controlados.

La dificultad para respirar y el cansancio pueden no desaparecer del todo, no obstante, los pacientes con EPOC pueden aprender a mantener su enfermedad bajo control y llevar una mejor calidad de vida. Es fundamental el abandono del tabaco, ya que es la única medida con probada eficacia para detener la progresión de la EPOC. 


Tratamiento médico

El tratamiento farmacológico puede mejorar los síntomas de la EPOC, incrementar la capacidad para el ejercicio, disminuir el número y la gravedad de las exacerbaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Entre los tratamientos médicos más utilizados se incluyen: 


Broncodilatadores

Ayudan a prevenir y revertir el endurecimiento de la musculatura que rodea a las vías respiratorias, lo que se conoce como broncoespasmo. Aumentan el diámetro de los bronquios, lo que disminuye la obstrucción y mejora el paso de aire a las vías respiratorias. De esta forma, reducen la sensación de dificultad al respirar. Existen los broncodilatadores de acción corta (4-6 horas) y los de acción prolongada con una duración de 12 horas. Entre los más utilizados están el salbutamol y salmeterol. 


Anticolinérgicos

Ayudan a dilatar los bronquios pero su efecto tarda más tiempo en producirse. Se los administra por inhalación. Estos fármacos incluyen el bromuro de ipratropio y el tiotropio. 


Antiinflamatorios

Estos medicamentos disminuyen la inflamación de las vías respiratorias. Se incluyen en este grupo, los corticoides. Se los puede combinar con los broncodilatadores para un mejor efecto de acción. 


Antibióticos

Estos medicamentos se utilizan para tratar las infecciones bacterianas, que pueden ser las causantes de las exacerbaciones agudas de la enfermedad. 


Recomendaciones generales 

Son de utilidad algunas de las siguientes recomendaciones: 


  • Es recomendable permanecer en ambientes libres de humo de tabaco, leña y de contaminación.
  • Se debe abandonar de forma inmediata el consumo de tabaco, ya que mejora el pronóstico de la enfermedad.
  • El paciente debe evitar los cambios bruscos de temperatura, así como las temperaturas extremas.
  • La dieta debe ser fraccionada, para evitar la sensación de llenura y agitación al realizar actividad física.
  • Si el paciente tiene sobrepeso, perder los kilos de más puede ser de mucha ayuda para mejorar la respiración, ya que el sobrepeso y la obesidad pueden incrementar la dificultad para respirar (disnea).
  • Someterse al control médico periódico, para que el tratamiento tenga efectividad, y de esta manera evitar el progreso de la enfermedad. 
 

Rehabilitación pulmonar

Se basa principalmente en la actividad física. Al programar un plan de ejercicios, se busca fortalecer y volver más eficientes los músculos y el corazón, para que el paciente afectado de EPOC pueda realizar las actividades y funciones que desee sin manifestar ahogo y cansancio.

Hay diferentes programas de rehabilitación, que varían según su duración, el tipo de ejercicios de rehabilitación, y el trabajo que se debe también implementar en el hogar. Por lo general, se realizan una a dos veces por semana durante varias semanas. 


Recomendaciones para una dieta saludable 

En cuanto a la dieta es importante considerar lo siguiente: 


  • Se debe hacer comidas ligeras y poco abundantes, varias veces al día (4 – 6 tomas al día), con alimentos de fácil digestión y comiendo despacio. Debido a la cercanía del estómago con los pulmones, ingerir una comida copiosa puede empujar el diafragma (que está encima del estómago) contra los pulmones y tornar más difícil la respiración.
  • Tomar suficiente cantidad de líquidos para favorecer la expulsión de las mucosidades. Es ideal beber 1 litro y medio de agua al día.
  • Es recomendable una dieta rica en frutas y verduras, y además, aumentar el consumo de cereales integrales para prevenir la aparición del estreñimiento.
  • Se debe consumir alimentos al vapor, hervidos o a la plancha, evitando los alimentos fritos. 
 

Se debe evitar

  • Alimentos que requieran una masticación prolongada y difícil, así como aquellos que generen gases o digestiones pesadas como col, coliflor, cebolla, bebidas carbonatadas. Estos alimentos pueden provocar hinchazón abdominal y hacer presión contra el diafragma.
  • Tomar alimentos muy fríos, o muy calientes o aquellos que irriten la garganta, ya que pueden provocar o desencadenar ahogos.
  • Ingerir una cantidad excesiva de hidratos de carbono (pan, papas, arroz, pastas, etc.).
  • Hablar mientras se mastican los alimentos.


Dr. William Bonifaz B.

Referencias















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