El herpes zoster, es una infección viral provocada por el virus varicela-zoster (VZV), el mismo agente infeccioso que causa la varicela. Es una infección de carácter autolimitada y que afecta a los nervios periféricos y a la piel, en la que desarrollan vesículas dolorosas agrupadas a lo largo de un dermatoma (área de la piel inervada por un solo nervio raquídeo y su ganglio espinal).
Epidemiología
Esta enfermedad afecta a personas mayores de 50 años hasta en un 75%. Generalmente, el herpes zoster se presenta una sola vez y no suele reaparecer. No obstante, un 4% de la población puede llegar a tener un segundo episodio. Cualquier persona que haya tenido varicela puede desarrollar herpes zoster más tarde. De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), 1 de cada 3 personas en EEUU tendrá un episodio de herpes zoster durante su vida.
Factores de Riesgo
Los factores de riesgo que pueden incidir en la aparición del herpes zoster incluyen:
- Estrés y fatiga.
- Antecedentes de cáncer en la infancia.
- Estar padeciendo enfermedades malignas como leucemia, linfoma (enfermedad de Hodgkin).
- Infección por VIH/SIDA.
- Edad. Las personas mayores de 60 años son aproximadamente tres veces más propensas a desarrollar herpes zoster que las personas más jóvenes.
- Pacientes que se han sometido a radioterapia o quimioterapia con ciclosporina, azatioprina, ciclofosfamida, clorambucil y cladribina.
- Pacientes que han recibido tratamientos a base de corticoesteroides.
Causas
Esta afección viral se produce por la reactivación del virus
varicela-zoster. Como se mencionó anteriormente, este virus también es el
agente causante de la varicela, que es una enfermedad que afecta a la piel
especialmente en niños.
Cuando un paciente adquiere la varicela, al desaparecer ésta, el organismo
no elimina completamente al virus sino que éste permanece latente en los
ganglios sensitivos, y se pueden reactivar en forma de herpes zoster cuando
una persona presenta debilidad o deterioro del sistema inmunológico.
Síntomas
El herpes zoster generalmente afecta a un lado del cuerpo. Las lesiones
suelen localizarse a nivel de la cintura, el pecho, el abdomen o la espalda.
Las molestias también pueden aparecer en la cara, en los ojos, en la boca y
en los oídos.
Esta infección viral afecta a un solo ganglio nervioso sensitivo cerca de la
médula espinal, denominado ganglio de la raíz dorsal. Es por esta razón, que
los síntomas ocurren en áreas específicas del cuerpo. El dolor que presenta
el individuo afectado, es el resultado de la afectación de la raíz nerviosa,
más que por la aparición de las lesiones.
De hecho, algunos pacientes suelen presentar solo dolor sin la presencia de
las lesiones vesiculares. Mientras que otros pacientes, presentan lesiones
parecidas al sarpullido, junto con dolor y otros síntomas como fiebre,
escalofríos, o
dolor de cabeza.
Algunos de los síntomas más comunes del herpes zoster incluyen:
- Dolor tipo punzante, con sensación de ardor, de carácter continuo.
- Erupciones tipo vesículas parecidas a las lesiones de la varicela pero que sólo afectan a ciertas áreas.
Las vesículas están llenas de líquido. Estas vesículas suelen estar localizadas más comúnmente a nivel del pecho, el abdomen, la espalda y alrededor de la cintura.
Síntomas faciales
Si las lesiones se localizan a nivel de la cara, las molestias generalmente aparecen de un solo lado, alrededor de un ojo y en la frente.
Síntomas oculares
Si el virus ataca al nervio oftálmico, el trastorno se denomina herpes zoster oftálmico. Esto puede provocar dolor, enrojecimiento e hinchazón alrededor del ojo, así como pérdida temporal o permanente de la visión.
Síntomas del oído
El herpes zoster también puede afectar los oídos, provocando trastornos del equilibrio y de la audición. Estas molestias pueden ser a largo plazo o incluso permanentes. Si una persona desarrolla síntomas en, o alrededor de los oídos y los ojos, debe buscar atención médica de forma inmediata para reducir el riesgo de complicaciones.
Síntomas a nivel bucal
Si el herpes zoster afecta a la boca, una persona puede experimentar:
- Sensibilidad facial.
- Dolor a nivel bucal.
- Dolor dental.
- Presencia de lesiones a nivel del paladar.
Diagnóstico
Cuando las lesiones cutáneas aún no se han desarrollado, el herpes zoster
puede ser difícil de diagnosticar; pero si las lesiones en la piel ya han
aparecido, el diagnóstico de esta enfermedad solo necesita la inspección y
exploración por parte del médico dermatólogo, ya que son muy pocas las
enfermedades que producen vesículas cutáneas dolorosas, distribuidas
unilateralmente en un dermatoma.
En muy pocas ocasiones se requieren practicar exámenes, que pueden consistir
en la toma de una muestra de la piel para ver si está infectada con el
virus. Los estudios de laboratorio pueden revelar aumento de los leucocitos
en el hemograma, junto con anticuerpos contra el virus de la varicela, pero
no pueden confirmar que las lesiones sean debidas al herpes zoster.
Tratamiento
El tratamiento con medicamentos de esta enfermedad se debe comenzar tan pronto como sea posible, de preferencia, antes de la aparición de las lesiones vesiculares. El principal objetivo del tratamiento es disminuir la intensidad y duración del dolor en el ataque agudo.
Tratamiento de sostén
Para las molestias generales como fiebre, dolor de cabeza y debilidad, se utilizan medicamentos como el paracetamol, ibuprofeno u otro antiinflamatorio no esteroide, aunque la eficacia de estos fármacos es mínima para calmar el dolor neurálgico en la etapa aguda de la enfermedad.
Tratamiento específico
Se utilizan medicamentos antivirales, los cuales acortan la duración del
dolor neurálgico agudo. Entre los fármacos antivirales que se emplean están,
el aciclovir, valaciclovir y el famciclovir. Estos medicamentos se
utilizan como mínimo durante 7 días.
También es recomendable añadir al tratamiento antiviral un fármaco como la
gabapentina, que disminuye el dolor y la alodinia, que es la
percepción anormal del dolor que se origina ante un estímulo mecánico o
térmico, el cual habitualmente es indoloro y que están asociados con la
neuralgia herpética aguda.
Complicaciones
Aunque las complicaciones son raras, pueden aparecer especialmente en
personas con un sistema inmunológico debilitado.
Las posibles complicaciones del herpes zoster incluyen:
- Neuralgia posherpética.
- Inflamación cerebral (Encefalitis) e inflamación de las meninges (Meningitis), lo que incrementa el riesgo de accidente cerebro vascular.
- Trastornos visuales y auditivos.
- Trastornos del equilibrio y la audición.
- Neumonía.
- Debilidad general.
Pronóstico
Las lesiones cutáneas y el dolor provocados por el herpes zoster duran usualmente de 3 a 5 semanas; no obstante, en algo más del 20% de los pacientes se desarrolla una condición dolorosa crónica en el dermatoma afectado, denominada neuralgia posherpética, la cual es muy difícil de tratar, y que persiste aún cuando ya han desaparecido las lesiones. Este trastorno debe ser manejado por el médico neurólogo.
Referencias
- https://scielo.isciii.es/pdf/medif/v12n3/colabora.pdf
- https://www.anmm.org.mx/GMM/2017/n1/GMM_153_2017_1_092-101.pdf
- https://www.binasss.sa.cr/revistas/rmcc/619/art10.pdf
-
https://www.cdc.gov/shingles/about/overview-sp.html
- https://www.aepap.org/sites/default/files/documento/archivos-adjuntos/tratamiento_con_aciclovir_en_varicela_y_herpes_zoster.pdf
- https://medicinabuenosaires.com/revistas/vol77-17/n1/24-30-Med76-5-6449-Rozenek.pdf
- https://www.fesemi.org/informacion-pacientes/conozca-mejor-su-enfermedad/herpes-zoster