Mononucleosis Infecciosa: La enfermedad del beso

 

 

Descripción general

La mononucleosis infecciosa es una enfermedad contagiosa causada particularmente por el virus de Epstein-Barr (VEB), aunque otros virus también pueden producirla.

Este trastorno infecto-contagioso puede transmitirse por la saliva, y su periodo de incubación es de cuatro a diez semanas. Es muy común entre los adolescentes y adultos jóvenes, en particular en estudiantes universitarios.

Causas

El agente patógeno que más está asociado como causa de la mononucleosis infecciosa es el virus de Epstein-Barr (familia de los herpes-viridae). Sin embrago, está enfermedad puede ser causada también por otros microorganismos, como el citomagalovirus (CMV). El virus (VEB) se elimina hasta 18 meses después de la infección inicial. 


Transmisión

Por regla general estos virus se propagan por medio de líquidos corporales, como la saliva. Por esta razón a este trastorno se lo denomina como «la enfermedad del beso». No obstante, estos agentes virales también se pueden propagar a través de la sangre y el semen, durante las relaciones sexuales, las transfusiones sanguíneas y los trasplantes de órganos. 


Síntomas

Los síntomas típicos de la mononucleosis infecciosa aparecen entre cuatro y seis semanas después que la persona se ha infectado con el VEB. Las molestias pueden presentarse lentamente y de manera escalonada. Los principales signos y síntomas incluyen: 


  • Fatiga extenuante.
  • Fiebre.
  • Odinofagia (dolor de garganta).
  • Cefalea (dolor de cabeza).
  • Mialgias (dolores musculares).
  • Ganglios linfáticos inflamados en el cuello y las axilas.
  • Agrandamiento del hígado (hepatomegalia) y del bazo (esplenomegalia).
  • Presencia de lesiones en la piel parecidas al sarpullido.


Otros síntomas pueden incluir rinitis e inflamación de los párpados.

Los signos y síntomas de la enfermedad pueden mantenerse de dos hasta cuatro semanas. Generalmente la fiebre desciende en dos semanas, aunque en ocasiones puede durar más tiempo. La fatiga (astenia) puede persistir durante varias semanas en algunos pacientes y el agradecimiento del bazo puede mantenerse hasta tres meses. 


Complicaciones

Aunque son muy poco frecuentes, algunos pacientes con esta enfermedad pueden desarrollar complicaciones de gravedad como las siguientes: 


  • Meningitis (inflamación de las meninges), parálisis de los nervios craneales o encefalitis (inflamación del cerebro).
  • Anemia hemolítica, por destrucción de los glóbulos rojos o disminución de las plaquetas (trombocitopenia).
  • Neumonía.
  • Rotural del bazo (complicación de extrema gravedad), aunque es poco frecuente. 
 

Diagnóstico

Generalmente el diagnóstico de esta enfermedad es clínico por medio del interrogatorio y la exploración física que realiza el médico. Se practica el examen clínico en busca de signos y síntomas de inflamación en las amígdalas, los ganglios linfáticos, el hígado o el bazo. 


Estudios de laboratorio

Para detectar la mononucleosis infecciosa, se realizan en sangre pruebas con el test de monospot, que tipifica anticuerpos heterófilos que se producen en ciertas infecciones. Un resultado positivo suele indicar la presencia de la enfermedad. Por lo general, los tests de monospot pueden detectar anticuerpos de dos, hasta nueve semanas posteriores de que una persona contrajo el virus.

También se realiza la prueba de anticuerpos del VEB. Además, se realiza un hemograma completo para verificar el nivel glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. También se pueden solicitar exámenes para valorar la función hepática y un examen general de orina para descartar la presencia de otros procesos infecciosos. 


Tratamiento

En la mayoría de los casos, la mononucleosis infecciosa no requiere un tratamiento específico. La enfermedad generalmente es autolimitada y como en muchas infecciones virales se resuelve de manera espontánea.

El tratamiento está encaminado al alivio de los síntomas y signos clínicos. Los fármacos antivirales disponibles, no tienen un efecto significativo en la resolución del proceso infeccioso y, más bien, pueden prolongar el curso de la enfermedad.

Cuando se presenta conjuntamente un cuadro de faringitis estreptocócica con la mononucleosis infecciosa, se puede utilizar penicilina o eritromicina. Antibióticos como la amoxicilina y la ampicilina se deben evitar ya que existe la posibilidad de que pacientes con mononucleosis desarrollen un tipo de erupción cutánea, que de manera inapropiada puede ser confundida con un cuadro de alergia a la penicilina. 


Tratamiento de apoyo

El paracetamol o el ibuprofeno se pueden utilizar para la fiebre y el dolor de cualquier tipo. La odinofagia es muy intensa los primeros cinco a siete de la enfermedad y luego cede durante los siguientes siete a diez días. Si el proceso inflamatorio es muy severo a nivel de las amígdalas o los ganglios linfáticos, o a nivel bronquial, se pueden utilizar corticoides para evitar la obstrucción de la respiración. 


Evolución de la enfermedad

La sensación de cansancio o fatiga puede persistir incluso durante meses después de la fase aguda del trastorno infeccioso. Los ganglios inflamados permanecen sensibles y dolorosos hasta la tercera semana de la enfermedad.

Las personas con mononucleosis pueden seguir teniendo partículas del virus en su saliva hasta 18 meses después de la infección inicial. Cuando los síntomas persisten más de seis meses, la afección se denomina con frecuencia infección de virus de Epstein-Barr crónica o mononucleosis infecciosa crónica. 


Cuidados personales

Es muy importante que los pacientes con mononucleosis infecciosa eviten participar en cualquier tipo de deporte de contacto durante tres o cuatro semanas después del comienzo de los síntomas para evitar traumatismos en el bazo que puede estar aumentado de tamaño, y de esta manera, prevenir su ruptura. 


Prevención

Debido a que la mononucleosis se transmite de persona a persona, evitar el contacto con personas infectadas y practicar adecuadas medidas de higiene, pueden ayudar a prevenir la transmisión del virus. Esto incluye no compartir utensilios contaminados como cepillos de dientes y vasos para beber.

Sin embrago, dado que las reactivaciones periódicas de la infección viral parecen ocurrir en personas sanas, y porque muchas personas infectadas que pueden transmitir el virus a otras, no tendrán síntomas de la enfermedad, la prevención es extremadamente difícil.

Tampoco está claro por qué algunas personas desarrollan los síntomas de la mononucleosis, mientras que otras parecen adquirir la infección por el virus de Epstein-Barr sin presentar ningún tipo de molestias.

Dr. William Bonifaz B.
Doctor en Medicina y Cirugía
Reg. Prof. 9871

 

Referencias


























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