Neumonía: Síntomas, Causas, Diagnóstico, Tratamiento


La neumonía es un proceso inflamatorio del tejido pulmonar producido por agentes infecciosos principalmente, en menor medida por ciertas sustancias tóxicas. Debido a su importancia epidemiológica, en este artículo trataremos las neumonías de carácter infecciosas. Esta enfermedad está caracterizada por tos, fiebre, dolor torácico y ruidos anormales a la auscultación de los pulmones.

Cuando afecta a la población en general se denomina neumonía adquirida en la comunidad (NAC), a diferencia de la neumonía intrahospitalaria, que se produce en pacientes hospitalizados y que suele ser de mayor gravedad.

Hasta el 70% de las neumonías son de carácter comunitario, se tratan de manera ambulatoria y pueden ser tratadas por el médico general. 


Factores de riesgo para el desarrollo de una NAC

Los principales factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de una neumonía incluyen: 


  • Tabaquismo sobre todo en personas que consumen un promedio de 15 cajetillas por año.
  • Cambios bruscos de temperatura especialmente en el ámbito laboral.
  • Contacto frecuente con niños < de 15 años.
  • Personas que han sido hospitalizadas en los últimos 5 años.
  • Infección de vías respiratorias superiores durante el último mes.
  • Asma.
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
  • Bronquitis crónica.
  • Haber padecido un cuadro previo de NAC.
  • Epilepsia, por el riesgo de broncoaspiración durante una convulsión.
  • Insuficiencia cardíaca.
  • Tratamiento con medicamentos tipo amiodarona, N-acetilcisteína.
  • Utilización de inhaladores.
  • Residencia en asilos (bacterias anaerobias, Pseudomona aureginosa, stafilococcus aureus).
  • Alcoholismo, pésima higiene dental, obstrucción de las vías respiratorias (bacterias anaerobias).
  • Diabetes e insuficiencia renal (por infección con la bacteria stafilococcus aureus).
  • Coexistencia de otras enfermedades.
  • Tratamiento reciente con antibióticos. 
 

Causas

La neumonía adquirida en la comunidad puede ser causada por bacterias, virus y hongos. Puede afectar a un lóbulo completo (neumonía lobar), un segmento lobular, alveolos y bronquios (bronconeumonía), al tejido intersticial (tejido que rodea a los alveolos pulmonares) en cuyo caso se denomina neumonía intersticial.

La bacteria streptococcus neumoniae es el agente causal de casi la mitad de los casos de NAC. La bacteria mycoplasma neumoniae incide con mayor frecuencia en niños y personas jóvenes por lo demás sanas. Entre los agentes infecciosos atípicos más frecuentes que pueden producir una NAC están Chlamydophila neumoniae y Legionella pneumophila.

A su vez, los virus respiratorios son la causa más frecuente de neumonía entre los 2 y 3 años de edad. Los más frecuentes son el adenovirus y el virus sincitial respiratorio


Síntomas

Por lo general, la neumonía se inicia después de una infección de las vías respiratorias superiores, en promedio dos o tres días después. Los niños < de 2 años y las personas > de 65 años son el grupo poblacional de mayor riesgo para padecer una NAC.

La neumonía puede evolucionar de un cuadro leve a una enfermedad en extremo severa que puede provocar la muerte. Los síntomas más frecuentes son: 


  • Sudoración profusa, fiebre y escalofríos.
  • Tos con expectoración purulenta.
  • Dolor torácico, que se exacerba al estornudar o al toser.
  • Dolor en músculos, huesos y articulaciones.
  • Respiración acelerada (taquipnea) > de 30 por minuto.
  • Trastornos del sensorio (confusión, desorientación).
  • Cianosis (coloración azulada de labios y piel).
  • Disnea (respiración difícil).
  • Estertores crepitantes (ruidos anormales a la auscultación de los pulmones). 
 

Factores que pueden agravar la severidad de una neumonía

Los factores que pueden agravar un cuadro de neumonía incluyen: 


  • Edad > 65 años.
  • Enfermedades preexistentes (diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia cardíaca o renal, hipertensión arterial, cirrosis).
  • Pacientes encamados.
  • Alcoholismo crónico.
  • Malnutrición.
  • Pacientes con inmunodepresión (VIH/SIDA).
  • Pacientes que han sufrido extirpación del bazo.
  • Pacientes que han recibido de manera innecesaria tratamiento antibiótico. 
 

Diagnóstico

El médico debe elaborar un adecuado historial clínico y una correcta exploración física. Entre los exámenes complementarios se encuentran análisis de sangre para valorar el grado de infección (leucocitosis), hiponatremia (niveles bajos de sodio)  que por ejemplo, se presenta en la neumonía por legionella pneumophila. La elevación de urea en sangre es un parámetro de mal pronóstico.

Estudios de imágenes

La radiografía de tórax es indispensable para una adecuada orientación del médico y debe practicarse en todo paciente con sospecha de neumonía. La tomagrafía también es de mucha utilidad para el diagnóstico.


Tratamiento

El tratamiento más apropiado de la neumonía dependerá del tipo de agente infeccioso que se sospeche, los factores de riesgo que tenga el paciente, la situación clínica en la que esté al momento del diagnóstico, y el grado de resistencia a los antibióticos en la zona geográfica donde habita el paciente. 


Pronóstico

La mayoría de los pacientes (90%) se recuperan dentro de la primera semana del comienzo de los síntomas. No obstante, hasta un 10% de las personas requerirán ingreso hospitalario. Por lo regular, la mortalidad aumenta con la edad, en pacientes con enfermedades agravantes (diabetes, hipertensión arterial, enfermedades autoinmunes, cáncer, VIH/SIDA), pacientes con aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca, y cuando hay hipotensión arterial (presión arterial baja) e hipotermia. 


Medidas de Prevención

Las medidas de prevención más destacadas incluyen: 


  • Vacunación contra el neumococo y el virus de la influenza, es una de las medidas de mayor importancia y son el pilar fundamental en la prevención de la neumonía, especialmente en personas de alto riesgo.
  • Promover el correcto lavado de manos.
  • Evitar el tabaco y disminuir el consumo de alcohol.
  • Asegurar un buen estado nutricional mediante una dieta balanceada.
  • Mantener una adecuada higiene bucal.
  • Prevenir la contaminación del aire en espacios reducidos como, por ejemplo, mantener las cocinas en buen estado, y promover adecuadas medidas de higiene en lugares de hacinamiento (asilos, cárceles, guarderías).


Dr. William Bonifaz B.

Referencias
















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