La Osteoporosis como alteración de la estructura Ósea

 

 

Generalidades

La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por la pérdida o disminución de la masa ósea del esqueleto, lo cual lo torna frágil y más expuesto al riesgo de sufrir fracturas.

Primordialmente, es un trastorno que afecta a mujeres en edad posterior a la menopausia y adultos mayores; es considerado un problema de gran impacto a la salud pública, siendo responsable de la mayoría de fracturas que ocurre después de la quinta década de la vida.

Para tener una idea, un aproximado de 23% de mujeres mayores de 55 años tiene osteoporosis, alcanzando un 80% en mujeres mayores de 80 años. Aunque la edad no representa el único factor de riesgo, también influyen el estilo de vida, algunas enfermedades y ciertos medicamentos, en la aparición de la osteoporosis.

El sistema óseo es un tejido muy versátil ya que está en constante regeneración. Tiene células formadoras de hueso, los osteoblastos y las células que destruyen hueso, los osteoclastos, este proceso se mantiene en equilibrio hasta los 35 años de edad de una persona.

Posterior a esa edad se trastorna ese equilibrio entre la formación y destrucción de hueso y la mayoría de las personas comienza a perder más tejido óseo del que se puede regenerar, por lo que los huesos comienzan a debilitarse y se vuelven más frágiles en su estructura. 


Tipos de Osteoporosis

La osteoporosis es de tipo primaria, cuando no puede determinarse una causa específica. Es la forma de osteoporosis más frecuente. Está dividida a su vez en posmenopáusica o tipo I que representa la etapa acelerada de pérdida de masa ósea en las mujeres durante y después de la menopausia, y en senil o tipo II, vinculada al envejecimiento y que se presenta tanto en hombres como mujeres a partir de los 70 años de edad.

La osteoporosis secundaria, se produce por alteraciones o enfermedades que no están relacionadas con la menopausia ni la edad, como ser, vida sedentaria, dieta inadecuada, déficit de vitamina D, inmovilización prolongada, enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, enfermedades endócrinas como hipo e hipertiroidismo, enfermedad de Cushing, daño renal crónico, hiperfunción de las glándula paratiroides, uso crónico de medicamentos tipo corticoides, tabaco, alcohol, café. 


Factores de Riesgo

Los factores de riesgo más importantes comprenden: 


  • Menopausia.
  • Herencia familiar.
  • Enfermedades endócrinas: hipotiroidismo, hipertiroidismo, síndrome de Cushing.
  • Anorexia nerviosa y bulimia.
  • Esqueleto óseo pequeño (talla baja).
  • Etnia asiática.
  • Edad avanzada.
  • Niveles disminuidos de estrógenos.
  • Abuso de tabaco y alcohol.
  • Dieta baja en calcio y vitamina D.
  • Ingestión excesiva de proteínas.
  • Embarazo.
  • Tratamiento prolongado con ciertos fármacos como corticoides, omeprazol, exemestano, entre otros.
  • Cirugías para reducción de peso. 
 

Síntomas

La osteoporosis es una enfermedad silenciosa, no provoca molestias en sus inicios, pero en etapas más avanzadas puede presentar los siguientes síntomas: 


  • Dolor o sensibilidad ósea sobre todo en la espalda.
  • Disminución gradual de la estatura.
  • Postura encorvada.
  • Fracturas en cadera, muñeca o en la columna vertebral). 
 

Diagnóstico

La manera más práctica de medir la densidad mineral ósea (DMO) es por medio del examen llamado DEXA (absorciometría de rayos X de energía doble), el cual determina los niveles de la densidad mineral del hueso. Los valores referenciales encasillados como T-score de DEXA son los siguientes:

      T-score de Dexa                                           Densidad mineral osea (DMO)

  • No inferior a -1.0                                      Normal
  • Entre -1.0 y -2.5                                        Osteopenia (pérdida leve de DMO)
  • -2.5 o inferior                                            Osteoporosis 
 

Complicaciones

Junto a la posibilidad de roturas o fracturas, la osteoporosis puede desencadenar entre otras, las siguientes complicaciones:

Limitación de la movilidad

En algún momento de su evolución, y sin un tratamiento adecuado, esta enfermedad puede provocar discapacidad y limitación de la actividad física. La osteoporosis también puede incrementar la presión sobre los huesos ya de por sí frágiles especialmente a nivel de las rodillas y la pelvis. El aumento de peso, que se puede originar por la falta de movilidad, incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes.

Trastornos de la esfera psíquica

Los trastornos de la esfera psíquica, como la depresión, es otra de las alteraciones que puede provocar la osteoporosis debida, básicamente, a la dependencia que el paciente va a tener de sus familiares o cuidadores después de sufrir algún tipo de discapacidad (fractura), que limite su movilidad e independencia.

Dolor

Aunque se considera que la osteoporosis es una enfermedad silenciosa que no provoca molestias en los pacientes afectados, el dolor puede aparecer cuando se producen fracturas especialmente a nivel de la columna vertebral. La intensidad del dolor puede variar dependiendo de la gravedad y del sitio de localización de las fracturas.

De manera característica, el dolor puede localizarse a nivel del cuello y en la parte baja de la espalda, junto con la disminución de la altura y una postura encorvada.

Ingreso hospitalario

En algunas ocasiones, la presencia de fracturas como complicación de la osteoporosis, puede requerir el ingreso del paciente al hospital, principalmente en las fracturas de columna y cadera.

Por esta razón, es importante la valoración de todo paciente, especialmente si es un adulto mayor, cuando ha sufrido algún tipo de caída para descartar la presencia de fracturas.

Problemas de la circulación

En aquellos pacientes con disminución moderada o severa de la movilidad, se puede presentar un cuadro denominado trombosis venosa profunda, por la formación de coágulos en la sangre, que puede originar un dolor de mucha intensidad en una o ambas extremidades inferiores.

Trastornos pulmonares

Aunque en menor grado, la osteoporosis puede desencadenar un deterioro de la función pulmonar, especialmente cuando hay afectación de la caja torácica, lo que puede incrementar el riesgo de la aparición de atelectasia pulmonar (colapso de la función respiratoria). 


Tratamiento

El tratamiento inicial está enfocado al cambio en la alimentación y el estilo de vida. Se debe promover una ingestión adecuada de calcio y vitamina D, un plan de ejercicios para fortalecer el sistema óseo y aumentar su masa. Se insistirá en la necesidad de dejar el hábito de fumar y limitar en lo posible el consumo de alcohol.

Los medicamentos más utilizados son el alendronato y risendronato que se ingieren por vía oral. El ibandronato se presenta en forma de pastillas y en forma inyectable. La presentación inyectable se administra cada tres meses. El ácido zoledrónico se administra solo por vía intravenosa una vez al año. 


Medidas de Prevención

Son adecuadas las siguientes medidas y recomendaciones: 


  • Medidas encaminadas a evitar o disminuir el riesgo de sufrir caídas sobre todo en adultos mayores.
  • Actividad física adecuada.
  • Tomar medicamentos solo por indicación médica.
  • Ingestión de calcio 1000 a 1200 mg por día salvo mejor criterio médico.
  • Ingestión de vitamina D 400 a 1000 UI por día salvo mejor criterio médico.
  • Tomar en consideración los factores de riesgo antes mencionados para tomar las acciones necesarias y lograr su modificación o control.
  • Exposición solar adecuada.


Dr. William Bonifaz B.
Doctor en Medicina y Cirugía
Reg. Prof. 9871


Referencias







































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