Melanoma y Exposición Solar

 

La radiación solar excesiva es causa de melanoma

 

Descripción general

El melanoma es un tumor que se origina en las células llamadas melanocitos. Estas células se encargan de elaborar la melanina, que es el pigmento que da color a la piel, y la protege de la acción de los rayos ultravioletas.

Muchos de los melanomas se presentan en áreas de la piel expuestas a la radiación solar, bien por exposiciones continuadas, como por ejemplo, los individuos que ejercen sus labores en lugares de exposición solar (campo abierto), o por exposiciones temporales (quemaduras solares en la playa, en las piscinas, o sitios donde se toma el sol). La exposición en las cabinas de rayos UVA artificiales también representa un factor de riesgo para el desarrollo de un melanoma. 


Epidemiología

Actualmente se diagnostican un aproximado de 160.000 casos de melanoma al año en todo el mundo (79.000 hombres y 81.000 mujeres). Equivalen al 1,5% de todos los tumores en ambos sexos. En Europa se presenta con más frecuencia en mujeres que en el resto del mundo. La incidencia de melanoma, es mayor en países que tienen una alta radiación solar, y con poblaciones de raza blanca, como Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Estados Unidos.

El melanoma se puede originar en cualquier área del cuerpo, como en la cabeza y en el cuello, el lecho ungueal (capa de queratina adherida a la placa ungueal situada debajo de las uñas), los genitales, en las plantas de los pies o las palmas de las manos.


Factores de Riesgo

Algunos de los factores de riesgo que inciden en el desarrollo del melanoma incluyen: 


  • Exposición solar.
  • Exponer la piel a un bronceado excesivo (uso de camas solares, salones de bronceado, lámparas solares, entre otros).
  • Lunares, como los nevos displásicos o lunares atípicos.
  • Personas de tez blanca, cabello rubio, ojos azules y pecas.
  • Antecedentes familiares de melanoma.
  • Individuos que padecen ciertas enfermedades hereditarias como xerodermia pigmentosa, retinoblastoma, síndrome de Li-Fraumeni, síndrome de Werner, y algunos tipos de cánceres hereditarios como el cáncer de mama y ovario.
  • Antecedentes personales de cáncer de piel.
  • Raza blanca.
  • Edad > 50 años.
  • Personas con el sistema inmunitario débil o suprimido. 
 

Tipos de melanoma

Los cuatro tipos principales de melanoma son: 


Melanoma de Extensión Superficial

Se puede originar en cualquier parte de la piel, aunque se observa con más frecuencia en la espalda y los miembros inferiores en las mujeres, en tanto que en los varones aparece en el tronco. Se considera que es el melanoma más frecuente en personas de raza blanca, y la edad de comienzo es entre los 30 a 50 años. Se caracteriza por ser irregular en forma y color. 


Léntigo Maligno Melanoma

Es más común su presentación en personas de edad avanzada. Se origina en la piel de la cara, el cuello y los brazos que ha sido lesionada por la exposición al sol. 


Melanoma Lentiginoso Acro (MLA)

Es el tipo más frecuente de melanoma, se presenta en las palmas de las manos, las plantas de los pies, o debajo del lecho ungueal, y su incidencia es mayor en personas de raza negra. 


Melanoma Nodular

Es el tipo de melanoma más agresivo y el segundo en frecuencia. Se presenta usualmente a nivel de la cabeza, el cuello o el tronco. Se inicia como una elevación de color azul-negro-oscuro, o rojo-azulado, aunque en ocasiones no tiene color. 


Síntomas

Generalmente el melanoma no suele acompañarse de ningún tipo de molestia. Lo primero que nota la persona, es el cambio en la morfología, el tamaño o la sensación de tener un lunar.

La regla “ABCDE” es de suma utilidad para recordar los signos de advertencia de la presencia de un posible melanoma en el contexto del cambio de las características de un lunar o de la presentación de una nueva lesión:


  • A: Asimetría. La forma de la mitad del lunar no coincide con la otra mitad.
  • B: Borde. Los bordes de la lesión son irregulares, desiguales, en forma dentada o no están bien definidos.
  • C: Color. La coloración de los tumores pueden variar en tonalidades que van del negro al marrón, es decir los colores no son homogéneos.
  • D: Diámetro. Los lunares benignos suelen tener un diámetro más pequeño que los malignos. Los melanomas pueden tener un diámetro mayor a 6 mm. No obstante, cuando se los detecta por primera vez suelen ser más pequeños.
  • E: Evolución. Se refiere al hecho de que el lunar puede experimentar cambios en cuanto al tamaño o forma.
 

Diagnóstico

El médico dermatólogo deberá practicar un exhaustivo examen físico para estudiar las lesiones sospechosas. Para confirmar la presencia de un melanoma, una biopsia del área de piel donde se encuentre ubicada la tumoración, es el método más seguro. Existen diversos tipos de biopsias que se pueden realizar: 


  • Biopsia por raspado (tangencial).
  • Biopsia por punción.
  • Biopsia por escisión o incisión.
  • Biopsias “ópticas” (microscopía confocal de reflectancia o RCM).
  • Biopsias del melanoma diseminado.
  • Biopsia por aspiración con aguja fina.
  • Biopsia quirúrgica (por escisión) de los ganglios linfáticos.
  • Biopsia del ganglio linfático centinela (ganglio más cercano a la lesión tumoral).


Para poder conocer con certeza qué células de melanoma forman parte de la muestra de biopsia, el médico dermatólogo puede solicitar pruebas especiales de laboratorio, las cuales incluyen: 


  • Inmunohistoquímica (IHC)
  • Hibridación in situ con fluorescencia (FISH)
  • Hibridación genómica comparada (CGH)
  • Perfiles de expresión genética (GEP)


También se pueden solicitar otras pruebas que ayuden a establecer un diagnóstico y determinar el estadio general del tumor. 


Tratamiento

La cirugía es el método principal de tratamiento para el melanoma. Una vez practicado el procedimiento quirúrgico, la lesión se enviará a patología para determinar que todas las células cancerosas han sido extirpadas. Cuando hay diseminación a los ganglios linfáticos cercanos, éstos también podrían ser retirados, para evitar que más células cancerosas se extiendan a otras áreas del cuerpo.

Cuando el cáncer de piel está en etapas más avanzadas, se utilizan otras opciones de tratamiento como la quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia (fármacos que estimulan el sistema inmunológico). 


Medidas de Prevención

En lo que respecta al daño provocado por la radiación solar, ésta se acumula a lo largo del tiempo, por lo que es de suma importancia tomar algunas de las siguientes medidas para disminuir la exposición al sol y evitar las quemaduras solares. 


  • Limitar o evitar la exposición directa al sol entre las 10H00 y las 16H00.
  • Utilizar ropa apropiada, que proteja del sol, lo cual incluye usar un sombrero de ala ancha que cubra la cara, el cuello y las orejas. Se pueden utilizar prendas de vestir que ofrezcan factor de protección UV. Además, se recomienda el uso de gafas de sol con protección UV.
  • Cuando se esté en campo abierto, o al aire libre, se debe utilizar un bloqueador que proteja contra la radiación UVA y UVB, y que tenga un factor de protección solar (FPS) de al menos 30. Se tiene que aplicar el protector solar en todas las zonas del cuerpo expuestas, cada 2 horas o cada hora después de sudar mucho o de estar en el agua.
  • No es recomendable tomar sol al aire libre como actividad recreativa.
  • Hay que evitar el uso de lámparas solares, salones de bronceados o camas solares.
  • Uno de los aspectos más importantes en la prevención, es el examen de la piel, tanto por parte del profesional médico, como de la propia persona. 
 
Dr. William Bonifaz B.
Doctor en Medicina y Cirugía
Reg. Prof. 9871
 

Referencias

 

 

 

 

 

 

 

 

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