Aún es controvertida la supuesta relación entre el uso de inhibidores de la bomba de protones (IBP) o los antagonistas de los receptores de histamina (ranitidina) y el riesgo de aparición de demencia.
Un nuevo estudio a gran escala presentado en la Semana de Enfermedades Digestivas 2022, conferencia virtual realizada en San Diego, California, que incluyó a casi 19.000 personas no encontró un vínculo entre el uso de estos medicamentos y un mayor riesgo de desarrollar demencia incidental, enfermedad de Alzheimer o deterioro cognitivo en adultos mayores de 65 años.
El autor principal del estudio, Raaj Shihir Metha, MD, becario del área de Gastroenterología del Massachusetts General Hospital, reveló que el uso inicial de IBP en adultos mayores no se asoció con algún grado de demencia, deterioro cognitivo leve o bajas puntuaciones en los test cognitivos con el paso del tiempo.
Antecedentes
La preocupación en cuanto a una posible asociación entre el uso de los IBP (como el omeprazol) y la aparición de deterioro cognitivo se reveló en un estudio publicado en febrero de 2016 en la revista JAMA Neurology, donde se demostró una vinculación positiva entre el uso de IBP y la demencia en residentes de Alemania mayores de 75 años. De acuerdo a datos proporcionados se encontró un aumento del 44% en el riesgo de demencia durante 5 años.Cabe destacar, dijo Raaj Shihir Metha, que la investigación estuvo basada en datos sobre reclamos, que podrían haber introducido sesgo o inexactitud al definir los casos de demencia. Además, las limitaciones habrían estado dadas tanto en este como en otros estudios previos por la incapacidad de tomar en cuenta los otros fármacos que ingerían los pacientes o por las comorbilidades (otras enfermedades) que presentaban, o los factores del estilo de vida (consumo de alcohol, entre otros).
Para sortear las limitaciones de la investigación, Metha y sus colaboradores evaluaron los datos de la medicación recopilados durante las visitas personales y solicitaron a los expertos que ratificaran los resultados en relación a la aparición de demencia. Los datos de las investigaciones provienen de un gran estudio sobre la aspirina (ASPREE) de 18.846 personas mayores de 65 años en EEUU y Australia. Las personas se inscribieron entre 2010 y 2014. En total, 566 personas presentaron demencia incidental durante el seguimiento.
Según Raaj Shihir Metha, la fortaleza del estudio se basó en las rigurosas evaluaciones cognitivas a las que fueron sometidos los participantes. Especialistas como neuropsicólogos, geriatras y neurólogos valoraron las capacidades cognitivas de los pacientes al inicio y a los 1, 3, 5 y 7 años del seguimiento. Si se presentaban casos de demencia de acuerdo a los criterios del DSM-IV, o el diagnóstico no estaba claro, los participantes del estudio eran referidos para una evaluación adicional que incluyó estudios de imágenes.
Puntos clave
Durante el estudio y el periodo de seguimiento, hubo 566 casos de demencia, incluidos 235 casos probables de enfermedad de Alzheimer y otras 331 demencias. El uso de un IBP contra ningún uso, no estuvo relacionado con el inicio de demencia.De igual manera, cuando se observó específicamente a la enfermedad de Alzheimer o las formas combinadas de demencia, no se encontró ninguna relación entre el uso inicial de IPB y la demencia, reveló Metha. Los objetivos secundarios de la investigación fueron descubrir un vínculo entre el uso de IBP y el deterioro cognitivo leve o cambios notables en la capacidad cognitiva de las personas con el paso del tiempo.
Tampoco se encontró una asociación entre el uso de los antagonistas de los receptores de histamina (ranitidina) y el desarrollo de demencia incidental.