De manera característica, el dolor de la ciática se incrementa al toser o
estornudar, es más fuerte al sentarse, por ejemplo, al conducir, que al
acostarse, y suele ser más intenso al estar de pie, sin moverse, que al caminar.
Cuando la compresión de la raíz nerviosa es muy extensa, se produce lo que se
conoce como síndrome de la cola de caballo, con imposibilidad de retener la
orina o las heces.