El trastorno depresivo puede no requerir tratamiento especializado y puede ser una reacción temporal normal a eventos de la vida, un síntoma de alguna afección médica o un efecto secundario de algunos medicamentos o tratamientos médicos.
Un trastorno depresivo prolongado, en combinación con otros síntomas, puede llevar a un diagnóstico de una afección psiquiátrica que puede beneficiarse del tratamiento.