La pérdida de peso involuntaria en la población adulta tiene una prevalencia del 1-3% en los pacientes hospitalizados, alcanza el 13% en el área de consulta externa y más del 50% en los adultos mayores residentes en asilos.
Tiene repercusión clínica cuando la pérdida ponderal es igual o mayor al 5% del peso corporal durante al menos seis meses. Su importancia en medicina es que está relacionada con un incremento en los índices de enfermedad y mortalidad.